¡Hola a todos!
Estoy segura que todos tendréis vuestra rutina facial, pero ¿cada cuanto os hacéis una limpieza facial completa? La verdad que yo recomiendo hacerse una limpieza en profundidad cada cambio de estación. Cuando hablo de limpieza en profundidad, me refiero a una limpieza en condiciones, en un centro de estética, que además de ser más placentero, harán un diagnóstico de nuestra piel y según sus características empelaran unos u otros productos de uso exclusivamente profesional, además de utilizar la aparatología correspondiente. ¿Y porqué cada cambio de estación? Pues muy sencillo, al cambiar de clima la piel se resiente y es lo mejor para devolverle la vitalidad perdida. Sobre todo es muy recomendable del verano al otoño, para que la piel se recupere de los estragos del verano y en la primavera, para reparar las agresiones del invierno. Lo suyo es hacerse una cada mes o dos meses, dependiendo de las demandas de nuestra piel, pero con el ritmo de vida que llevamos es prácticamente imposible, pues como mínimo, una cada cambio de estación a mi me parece de lo más aceptable. Así que en el post de hoy, os voy a contar como hacernos una limpieza facial casera con productos que podemos encontrar en cualquier sitio. Aunque esta rutina, no sustituye a una higiene en profundidad, si la hacéis por lo menos cada semana o dos semanas, notaréis como vuestra piel mejora. ¿Os apetece?
Bien, los productos que vamos a necesitar son los siguientes:
- Desmaquillante, el que utilicéis normalmente.
- Un exfoliante.
- Una mascarilla.
- Crema hidratante, la que usemos habitualmente.
- Unos discos o esponjitas desmaquillantes, unos pañuelos de papel y algodón.
- Un cepillo facial. (Opcional)
Comenzaremos desmaquillando la piel, da igual que no estemos maquillados. Este paso es fundamental, a lo largo del día con el sebo que produce la propia piel, más la contaminación ambiental, la piel se ensucia y se obstruyen los poros. Y si tenéis los ojos maquillados, aseguraros de retirar bien el maquillaje.
Una vez tengamos la piel desmaquillada pasamos a la exfoliación. Si tenéis la piel sensible, os recomiendo un exfoliante de partículas muy finas y no presionar demasiado. En este paso podéis usar un cepillo facial. Insistir en la zona del mentón, frente, aletas de la nariz y tener cuidado en la zona del contorno del ojo, ya que es una zona muy sensible. Retiraremos el exfoliante con abundante agua, asegurándonos que no queden “granitos” del exfoliante y secamos la piel.
Lo siguiente que haremos es “abrir” el poro, para después proceder a la extracción de puntos negros y comedones. Bien, aquí os voy a recomendar dos cosas y que utilicéis la que más os guste. Podemos utilizar unos vahos y añadirle al agua unas gotas de aceites esenciales por ejemplo, o una manera para mi mucho más cómoda, es después de la ducha. El poro estará abierto por el vapor y el calor y podemos proceder a la extracción de puntos negros sin problemas. Aquí también os voy a dar dos opciones, podemos hacer la extración manualmente y otra con unas tiras autoadhesivas que tiene por ejemplo la casa Pond´s. Las tiras son cómodas, te las pones y al cabo de unos 10-15 minutos te las retiras y asunto resuelto. El problema es que las tiras solo son para la zona de la nariz, antes las había también para el mentón y frente, pero hace años que no las veo. También las había de la casa Nivea Visage, pero tan poco las he vuelto a ver y desconozco si hay alguna otra firma que las trabaje. Si lo hacéis de forma manual, os voy a dar un consejo, para que no terminéis con marcas, no clavéis las uñas, si el poro esta bien abierto, simplemente tenéis que deslizar el dedo por la piel, eso sí, utilizar un pañuelo de papel en cada dedo por dos razones muy sencillas, una para no dejar tanta marca si necesitáis apretar y la segunda por higiene. Podríamos rociar la piel después con agua termal para calmar la zona.
Ahora pondríamos la mascarilla adecuada a nuestro tipo de piel. Por ejemplo, si tenéis la piel grasa o para los hombres, funcionan muy bien las mascarillas de arcilla. En las instrucciones de la mascarilla, os dirá la manera de usarla, como retirarla y el tiempo que debéis tenerla, así que leerlas con atención. Otro consejo que os puedo dar y que va muy bien, es haceros una infusión de manzanilla, dejarla reposar y una vez que esté fría, empapáis unos pañuelos de papel con ella (yo uso papel de cocina que es más absorbente y retiene más producto) y os la ponéis en la cara y el cuello. Con unos discos desmaquillantes empapados en la infusión, os tapáis los ojos. Esperáis de 15 a 20 minutos y la retiráis. Va estupendamente para todo tipo de pieles, especialmente las pieles sensibles, irritadas e incluso las grasas, ya que la manzanilla es calmante y astringente.
Una vez retirada la mascarilla, empaparemos unos algodones con tónico y lo aplicaremos a toquecitos. Otra cosa que podéis hacer es volver a rociar la piel con agua termal, va genial. A continuación, aplicaremos la crema hidratante que utilicemos normalmente.
Y esto es todo. Lo suyo sería que estas limpiezas las hiciéramos una vez a la semana o como mucho cada dos, pero os vuelvo a repetir que esta rutina facial, no sustituye a una higiene en profundidad, que deberiáis haceros una vez cada cambio de estación en un centro de estética. Habréis visto que no se tarda nada y os aseguro que vuestra piel lo nota, estará mas luminosa, suave, lisa y sin tantos puntos negros. Espero que os animéis y me contéis la experiencia. Y ya sabéis cualquier duda, no dudéis en preguntarme.
¡Gracias por leerme!