jueves, 14 de abril de 2016

Lámparas para esmaltes semipermanentes

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¡Hola a todos!

¿Os habéis puesto a mirar alguna vez lámparas para curar los esmaltes semipermanentes y geles de construcción? ¡Madre mía que locura! Menuda cantidad de modelos, tipos y diseños que hay ... Cuando compre la mía, hace más o menos 7 años, no había tanto donde elegir, solo había lámparas UV y practicamente todas tenían el mismo diseño, había solo 2 ó 3 colores para elegir, vamos, lo tenías fácil, era blanco, negro o gris. La verdad que estoy muy contenta con mi lámpara UV, es una superviviente y lo digo con conocimiento de causa, una vez se despeño por unas escaleras y sobrevivió sin un solo arañazo, otra vez se cayó al suelo y se rompieron dos bombillas, en tanto tiempo ha tenido una vida intensa y ahí sigue, como una campeona. Le he cambiado las bombillas varias veces y a no ser que se rompa o funda alguna alguna y las acabo de poner, le cambio las cuatro a la vez, así me aseguro que todas funcionen correctamente.
En la búsqueda de una digna sucesora, me puse a investigar, el tema ha evolucionado bastante. He mirado infinidad de reseñas, tutoriales, demostraciones, especificaciones técnicas, indagado sobre potencias y añadiendo mis propias experiencias, para dar con la lámpara perfecta. Hoy no os voy a hablar de ella, porque sí, la encontré y estoy encantada, pero eso será en otra entrada, esta ya va a ser muy, muy larga, así que poneros cómodos.




Todo lo que os cuento a continuación, esta basado sobre todo en comparar catálogos e informaciones técnicas de diferentes productos, que son y como funcionan las diferentes bombillas y como os he dicho antes, en mi experiencia con diferentes tipos de lámparas. Así que, si hay algún dato erróneo o incompleto, dejármelo en comentarios y estaré encantada de añadirlo o rectificar.
Antes de comenzar, tenéis que tener muy claro, que estas lámparas son para trabajar con esmaltes semipermanentes o para hacer uñas esculpidas con gel, no sirven para secar esmaltes tradicionales. De la misma manera que no necesitas lámpara par uñas esculpidas con acrílico (de porcelana o líquido y polvo) quería dejar claro este punto.
Y os vuelvo a avisar, esta entrada es muy, muy larga, así que prepararos un café, infusión, palomitas ...

Lámparas UV

Estas lámparas son las de toda la vida, utilizan la luz ultravioleta para curar cualquier tipo de esmalte semipermanente y gel de construcción, es la lámpara básica-todo-terreno con la que no te equivocas.



Potencia: las hay de 18, 24 y 36 vatios (o watt), no he encontrado ninguna con una potencia superior.
Tiempo de curado: como con todas las lámparas el tiempo de secado depende de la potencia, normalmente se necesitan dos minutos para curar los esmaltes semipermenentes como los geles de construcción, a no ser que la marca con la trabejemos nos diga lo contrario.
Funciones/diseño: las más básicas, suelen venir con dos posiciones para el temporizaror, 120 segundos o infinito, esto quiere decir que controlamos el tiempo y que solo se apagará cuando nosotros lo hagamos. Las más sofisticadas, vienen con más posiciones de tiempos, paneles digitales, sensor de movimiento que se enciende al introducir la mano e incluso algunas, se les puede quitar la tapa de abajo para poder hacer la pedicura de manera más cómoda. Las hay que tienen ventilador y puedes elegir UV, solo ventilador (muy útil para secar esmaltes normales) o ambos, incluso las hay para secar las dos manos a la vez.
Bombillas: utiliza 4 bombillas UV y los vatios de las bombillas varía según la potencia de la lámpara, al igual que el modelo de bombilla. Suelen tener una vida útil de entre 3.000 a 5.000 horas, hay que cambiar las bombillas de vez en cuando, si se le da mucho uso cada 6 meses.



Ventajas: curan todo tipo de esmaltes semipermanentes y geles de construcción, son más económicas, se introduce toda la mano y es fácil encontrar bombillas de repuesto. En cuanto a la potencia, son ideales para obtener un buen resultado.
Desventajas: más voluminosas, pesadas y grandes, lo que hace un poco engorroso transportarlas. Hay que tener cuidado con las bombillas, no dejan de ser tubos fluorescentes y son frágiles, yo ya me he cargado un par y cambiarlas de vez en cuando. Otra desventaja es que producen calor, con lo que en uñas sensibles o sobre todo cuando se trabaja con geles de construcción en uñas esculpidas, da calor a la uña.

Lámparas LED

LED significa diodo emisor de luz y a grandes rasgos funcionan gracias a un material semiconductor, capaz de emitir una radiación electromagnética en forma de luz. En comparación a la anterior, tiene un consumo eléctrico menor, mayor vida útil, menor tamaño y en teoría, no emite calor, ya que es una luz fría. Las bombillas LED que se utilizan para estos menesteres, no tienen nada que ver con las que se utilizan para iluminar, estas son especiales, ya que han de alcanzar un espectro de honda similar al que producen las UV y así poder curar los esmaltes y geles.



Potencia: podemos encontrar desde 3 vatios, hasta 36 o más, hay un gran abanico.
Tiempo de curado: dependiendo de la potencia de la lámpara el tiempo de curado puede variar, a mayor potencia, menos tiempo.
Funciones/diseño: suelen venir con varios botones, pueden tener una señal acústica que nos avisa del inicio del tiempo, así como de su final, con sensor, que eliges el tiempo y se enciende en cuanto introduces la mano. Aquí hay más variación de modelos, abiertas, cerradas, para un solo dedo, para toda la mano, cuadradas, ovaladas ... hay muchos diseños.
Bombillas: dependiendo de la potencia de la lámpara y su diseño, lleva más o menos bombillas, las hay con 3, 6, 12 a mayor potencia, más bombillas. Son todas luces LED, lo que les da una vida útil de unas 35.000 a 50.000 horas. No he visto recambios de luces LED.



Ventajas: pequeñas, manejables, compactas y ligeras, no producen tanto calor y reducen el tiempo de secado a la mitad.
Desventajas: la más grande es que no cura todo tipo de esmaltes y geles de construcción, si no que tienen que ser específicos para LED. Casi todas las marcas se han adaptado ya a estas lámparas y la mayoría de esmaltes se pueden curar tanto en UV como en LED, pero hay que asegurarse de que sean compatibles. No pasa lo mismo con los geles de construcción, la mayoría curan en UV. Aunque han bajado los precios, son más caras, su precio va en aumento según la potencia que escojas y a mayor potencia, menos tiempo de curado.

Lámparas CCLF + LED

CCLF es la abreviatura de cátodo de luz frío fluorescente, en concreto es una bombilla en espiral y si comparamos el tamaño con las bombillas UV es más fina y delgada. Estas bombillas no tienen filamentos y usan alta tensión para encender. La bombilla CCLF, en teoría no produce calor como las UV y van acompañadas de luces LED intercaladas entre las bombillas CCFL.



Potencia: la bombilla CCFL suelen ser de 12 vatios y las LED depende de la potencia total de la lámpara, por ejemplo, si la lámpara tiene un total de 36 vatios y sólo una bombilla CCFL, esta tendrá 12 vatios y las bombillas LED se repartirán para tener 24 vatios y así la suma de ambas será de 36 vatios, espero haberme explicado.
Funciones/diseño: aquí tenemos un gran abanico, pueden tener sensor que activa el encendido de la lámpara al meter la mano, paneles digitales, manuales, con diseños ovalados, en forma de diamante, infinidad de colores e incluso con estampados.
Tiempo de curado: depende de la potencia de la lámpara, hay un abanico que va desde los 5 segundos, hasta los 120.
Bombillas: dependiendo de la potencia de la lámpara suele traer 1, 2 ó 3 bombillas CCFL, el resto serían bombillas LED que van intercaladas y por lo general tienen una vida útil de entre unas 40.000 a 50.000 horas, pudiéndose cambiar las bombillas CCFL si se estropean.



Ventajas: tienen unos diseños pequeños y ocupan poco espacio, son ligeras y curan todo tipo de esmaltes y geles de construcción, independientemente que sean exclusivos para LED o UV. Tienen un tiempo de curado rápido, ya que suelen ser lámparas potentes al combinar la tecnología CCFL y LED. Y aunque parezca una desventaja, el poder sustituir la bombilla CCFL, lo veo útil si se da el caso.
Desventajas: así a simple vista se aprecian pocas, quizás el encontrar recambios de las lámparas CCFL. Otra desventaja, el precio, son caras, pero es como todo, es cuestión de buscar ya que las puedes encontrar a precios muy buenos.

Conclusiones y observaciones

Según mi experiencia, a la hora de elegir un tipo de lámpara u otro, lo primero es tener claro para que la vamos a utilizar y el uso que le vamos a dar, no es lo mismo un uso personal, que más profesional, utilizarla todos los días que un par de veces al mes.
Partiendo de la base de que las lámparas UV curan todo tipo de esmaltes semipermanentes y geles de construcción (incluso los de LED) son un acierto, pero hay que tener en cuenta que aunque trabajemos con esmaltes para LED en una lámpara UV, los dos minutos de tiempo no nos los quita nadie, a no ser que la marca con la que trabajemos diga lo contrario, así pues, las lámparas UV me parecen perfectas para empezar, ya que no son muy caras y te permiten también poder experimentar con uñas esculpidas con gel, además, son las que suelen venir en casi todos los kits de inicio.



Por lo que he podido comprobar, las lámparas LED si tienen una potencia alta (de 24 vatios en adelante), no hay problema con los esmaltes semipermanentes e incluso con algunos geles de construcción, independientemente que sean de curado en LED o UV, pero no todos. El problema de las lámparas LED, es que las hay a precios muy asequibles, pero son de potencias bajas y algunas marcas de esmaltes para LED, los cura sin problemas, pero otras más profesionales, hay que ponerlas más tiempo y no termina de dar buen resultado.



Por ejemplo, me pasaba al usar una lámpara de Peggy Sage de 9 vatios y a pesar de curar bien cualquier tipo de esmalte (tanto UV como LED) notaba que con ciertos colores, no quedaban secos del todo y no salían con el brillo que debían, al final los tenía que poner más tiempo, así que terminaba usando la lámpara UV para no tener problemas y obtener los resultados adecuados, sin contar que al ser abierta, si no colocas bien los dedos debajo de ella, corrías el riesgo de que quedasen zonas a las que no llegaba la luz y no polimeriza el esmalte, como consecuencia, al quitar la capa pegajosa te llevabas parte del esmalte. Sin embargo con la nueva lámpara LED de CND de 36 vatios, cura sin ningún tipo de problemas sus esmaltes Shellac, que son específicos para UV y lo mismo con sus geles de construcción. Ahora utilizo una lámpara LED de 24 vatios y no estoy teniendo ningún tipo de problema, independientemente de si los esmaltes son de curado en lámpara UV o LED y lo mismo con geles de construcción. Así que si os decidís por una lámpara LED y le vais a dar caña, que sea potente aunque os salga más cara, es mejor invertir que comprar de dos veces.



Y ya por último pero no por ello menos importantes, las lámparas CCFL+LED, que las describiría como lámparas combinadas, ya que cura todo, esmaltes semipermanentes y geles de construcción, tanto UV como LED. De este tipo de lámparas poco puedo decir, son la incorporación más reciente a la familia, aún así, lo poco que he experimentado con ella, me ha dado buenos resultados independientemente que los esmaltes sean específicos para UV o LED, pero tengo que seguir probando, sobre todo con geles de construcción.



En conclusión, lo importante es la potencia de la lámpara, sobre todo si os decidís por una LED, con una UV o CCFL+LED no tendréis ese problema ya que suelen tener potencias aceptables.
Otra cosa que tendría en cuenta, es que la lámpara fuera cerrada, ya que así podéis colocar mejor los dedos y la luz se reparte mejor y que entre toda la mano, es un coñazo a la vez que incómodo, hacer los pulgares por separado. Aseguraros también que tiene bombillas a los laterales de la lámpara, así aseguraréis que se curen bien los pulgares y los laterales de la uña. Si ya tenéis una lámpara y tiene poca potencia, probar a doblar el tiempo, así tendréis un mejor secado. En cuanto al mantenimiento, la única que lleva son las UV, que hay que cambiar las bombillas.



Y ya por último, un consejo a tener en cuenta, si estrenáis lámpara independientemente del tipo que sea, antes de poneros a trabajar con ella, dejarla funcionando sola unas cuantas veces, así las bombillas se van adaptando.
Pues nada, al final este post se ha hecho igual de largo que Los pilares de la Tierra, si llegáis hasta aquí, gracias por la paciencia, espero haber podido explicar todo bien y que os quede un poquito más claro que tipo de lámpara es la más adecuada para vosotros. Si os queda alguna duda, queréis hacer alguna aclaración o simplemente aportar vuestras experiencias, podéis dejarlo en comentarios. Hasta pronto y muchas gracias por leerme.











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