¡Hola a todos!
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En la entrada de hoy os voy a hablar de un básico que todos deberíamos tener en nuestras casas y casi en el botiquín por la multitud de propiedades que tiene.
El aceite del árbol del té o Tea Tree, es un aceite esencial que proviene de Australia. Se dio a conocer en el año 1700, gracias al interés del Capitán James Cook. Cuando llego a Australia, se intereso por los remedios que usaban los aborígenes para paliar infecciones y enfermedades cutáneas. En el siglo XX se empezaron a estudiar científicamente sus propiedades, constatando que sus cualidades antisépticas y bactericidas superaban al ácido fénico, desinfectante que se usaba por esa época y llegaron a la conclusión, que este aceite no era tóxico y no dañaba la piel, si no que la regeneraba rápidamente.
El aceite del árbol del té, tiene un efecto antiséptico triple, es decir, actúa contra bacterias, hongos y virus.
Además de ser bactericida y fungicida, es cicatrizante, antiinflamatorio, desodorante, expectorante y balsámico.
Este aceite esencial (Melaleuca alternifolia) es un líquido incoloro que se obtiene al destilar las ramas y hojas del árbol del té. En su composición, aparecen alcohol mono terpénico, alfa-pineno, beta-pineno y linalol entre otros muchos componentes. Su olor es muy característico, a mi me recuerda a como huelen los spa urbanos, vamos no me desagrada en absoluto.
Este aceite, como todos los aceites esenciales, tiene un gran poder de penetración en la piel, pudendo llegar al torrente sanguíneo, por eso con un par de gotas de producto es suficiente. Así pues todos los productos que lo contengan tienen una acción oxigenante, antiséptica y antebactericida. Gracias a sus propiedades antisépticas y a su suavidad con la piel, no causa daño ni reacción, incluso en las pieles más sensibles y delicadas.
Podemos utilizar este aceite para tratar la piel grasa y el acné, eccemas, verrugas, hongos, herpes, picaduras, rozaduras ... Yo lo uso siempre cuando hago pedicuras, echo unas gotas en los dedos de los pies y así se evita la aparición de hongos y si los hay, ayuda a su curación. También lo uso en rozaduras o heriditas, ya que no escuece nada. Es un aceite muy apañado y todoterreno que deberíamos tener en casa.
Y hasta aquí el post de hoy, espero que os haya resultado interesante y como siempre, cualquier duda no dudéis en preguntar. Hasta pronto y gracias por leerme.
El aceite del árbol del té o Tea Tree, es un aceite esencial que proviene de Australia. Se dio a conocer en el año 1700, gracias al interés del Capitán James Cook. Cuando llego a Australia, se intereso por los remedios que usaban los aborígenes para paliar infecciones y enfermedades cutáneas. En el siglo XX se empezaron a estudiar científicamente sus propiedades, constatando que sus cualidades antisépticas y bactericidas superaban al ácido fénico, desinfectante que se usaba por esa época y llegaron a la conclusión, que este aceite no era tóxico y no dañaba la piel, si no que la regeneraba rápidamente.
El aceite del árbol del té, tiene un efecto antiséptico triple, es decir, actúa contra bacterias, hongos y virus.
Además de ser bactericida y fungicida, es cicatrizante, antiinflamatorio, desodorante, expectorante y balsámico.
Este aceite esencial (Melaleuca alternifolia) es un líquido incoloro que se obtiene al destilar las ramas y hojas del árbol del té. En su composición, aparecen alcohol mono terpénico, alfa-pineno, beta-pineno y linalol entre otros muchos componentes. Su olor es muy característico, a mi me recuerda a como huelen los spa urbanos, vamos no me desagrada en absoluto.
Este aceite, como todos los aceites esenciales, tiene un gran poder de penetración en la piel, pudendo llegar al torrente sanguíneo, por eso con un par de gotas de producto es suficiente. Así pues todos los productos que lo contengan tienen una acción oxigenante, antiséptica y antebactericida. Gracias a sus propiedades antisépticas y a su suavidad con la piel, no causa daño ni reacción, incluso en las pieles más sensibles y delicadas.
Podemos utilizar este aceite para tratar la piel grasa y el acné, eccemas, verrugas, hongos, herpes, picaduras, rozaduras ... Yo lo uso siempre cuando hago pedicuras, echo unas gotas en los dedos de los pies y así se evita la aparición de hongos y si los hay, ayuda a su curación. También lo uso en rozaduras o heriditas, ya que no escuece nada. Es un aceite muy apañado y todoterreno que deberíamos tener en casa.
Y hasta aquí el post de hoy, espero que os haya resultado interesante y como siempre, cualquier duda no dudéis en preguntar. Hasta pronto y gracias por leerme.